Gracias a su envidiable ubicación, Marciano ofrece preciosas vistas de la isla de Capri.

A unos 100 metros sobre el mar, la aldea de Marciano se extiende sobre la vertiente occidental de las Tore di Termini, entre las puntas de S. Lorenzo y de Bacoli, justo frente a la isla de Capri.  El nombre de la aldea probablemente tiene su origen en el de una familia romana que fue propietaria de una villa en Punta S. Lorenzo.

Iglesia de Sant’Andrea

La iglesia de S. Andrea, del siglo XV, tiene una sola nave, con ábside.  El Altar Mayor es de mármol, con una hermosa estatua del Sagrado Corazón. La estatua de Sant’Andrea está en la capilla de S. Giuseppe, a la izquierda, fundada en 1680 y luego reconstruida por los habitantes emigrados a América, en 1893.  El altar de la nave derecha alberga la estatua de la Virgen.

Cómo llegar a Marciano

En auto

Para llegar a Marciano en coche, tomar Via IV Novembre desde Massa Centro y proceder durante unos 2 kilómetros. Se encuentra lugar para aparcar el coche en la calle, en las franjas azules.

Transportes públicos

Los autobuses SITA a Marciano parten de Sorrento y pasan por Massa Centro, en dirección a Marina del Cantone. Se recomienda consultar el horario.

Las playas:

Baia delle Sirene- Marciano
Baia delle Sirene
Le Fontane- Marciano
Le Fontane

Excursión Massa Lubrense – Marciano

Dificultad: baja
Desnivel: 200 m
Longitud: 6 km
Señal de itinerario.: Rojo-Verde; Rojo; Azul; Rojo-Azul

Primera parte de la excursión

De Viale Filangieri a Massa Centro, el camino para llegar a pie a la aldea de Marciano, a través de los característicos y sugestivos callejones del territorio lubrense, comienza por vía Rachione. Aquí se recomienda una rápida visita al ninfeo del Cerriglio, ubicado en el palacio que, desde el siglo XV, es residencia de la familia De Martino. Recorriendo la larga avenida que conduce al ninfeo, es imposible no sentirse atraídos por la columnata en toba y los bustos de mármol. Se sigue por vía Mortella, cuyo inicio está en la esquina con vía Pozzillo, para luego continuar – arriba a la derecha – con la señal de itinerario roja.

Nos encontramos ahora en calles caracterizadas por paredes de piedra de tufa, en la calle Sant’Aniello Vecchio, dirigidos hacia la antigua iglesia de Sant’Agnello Abbate. La pequeña calle sigue subiendo hasta una escalera que conduce al pueblo de Santa María. Es espléndido el panorama que se disfruta desde este sendero, casi un catalejo sobre el puerto de Marina della Lobra.

Una vez terminadas las escaleras, nos encontramos en la pequeña plaza de Santa María. La iglesia titulada a Santa Maria della Misericordia está a la izquierda. El excursionista se encuentra ahora en una de las aldeas más antiguas del territorio lubrense. Antiguamente era llamada Belvedere, pero el nombre fue cambiado en el actual, Santa María de la Misericordia, por particular protección hacia los procesados y los condenados en los Despachos de Justicia ubicados allí.

Segunda parte de la excursión

Paseando por el carril se pasa, siguiendo la señal azul, por la plaza de Santa Maria Annunziata, con su iglesia, y, inmediatamente después, la majestuosa Torre Turbolo, construida en 1614 y sede de la Casa de Empeño. Se puede parar, por un momento, para descansar en los bancos del mirador, situado en el bastión occidental del castillo. La vista sobre Capri es maravillosa!

Se continúa el camino por la carretera rodante, cuesta abajo, para llegar al comienzo de una escalera adyacente al Palacio Rossi. Desde este lugar Joaquín Murat, rey de Nápoles, siguió las operaciones militares para la conquista de Capri. Fue Andrea Rossi, un literato propietario de la Villa, quien lo acogió a principios de octubre de 1808.

El paseo continúa con la señal azul hasta encontrar, en la segunda bifurcación a la izquierda, la señal rojo-azul de vía Parate: de aquí se sale, por un corto tramo, en la vía IV Novembre. Esta calle, puente al Rivo Annunziata, debe seguirse durante unos 100 metros hasta llegar a la derecha al siguiente tramo cerca de la avenida de acceso a un hotel. Este tramo conduce hasta Via San Liberatore.

Y para terminar…

El sendero se convierte en camino asfaltado y degradado, dejando atrás la parroquia de S. Andrés Apóstol, para llegar hacia una verdadera sorpresa de la naturaleza que es el olivo secular de Marciano. Cada año, con motivo de las fiestas navideñas, se monta un pintoresco belén entre sus ramas retorcidas. Inmediatamente después de dejar este árbol, se encuentra el antiguo lavadero de Marciano.

La carretera continúa unos cientos de metros hasta el comienzo del sendero que conduce a las rocas de Marciano llamadas “Le Fontane”. Moviéndonos hacia el noreste, la mirada cae sobre la derruida, pero todavía majestuosa, torre de Punta S. Lorenzo. Si las condiciones meteorológicas lo permiten y si eres temerario, es posible darse un chapuzón en estas espléndidas aguas, como premio por las “fatigas” del recorrido.