Habitado desde tiempos prehistóricos, el territorio de Massa Lubrense es rico de testimonios del pasado, tesoros extraordinarios ya menudo desconocidos.

La parte extrema de la Peninsula de Sorrento, Sirenussai en la antigüedad, luego Athenaion y Promontorium Minervae, y hoy Massa Lubrense, que vio el primer tráfico en el Mediterráneo, todavía está impregnada de los mitos de Ulises y las sirenas, de Liparos y los Argonautas.

Era prehistórica

En tiempos prehistóricos encontramos evidencia fundamental para el estudio del Paleolítico en la Grotta dello Scoglione en Marina del Cantone (restos neandertales de hache 120.000 – 35.000 años) y del Neolítico en la Grotta delle Noglie en San Costanzo.

Era histórica

En era histórica tenemos que buscar dos de los santuarios más importantesdel mundo antiguo: el de las Sirenas y el de Athena Tirrena.

Si para Athena ahora hay certezass, con el hallazgo de una inscripción ruprestre osca en Punta della Campanella, en la que se mencionan tres “Meddices minervii” y que lleva a situar el santuario en la parte extrema de la península, no tantas certezas tenemos para la mayor de la Sirenas. Todas las hipótesis están abiertas: Deserto, San Costanzo, Ieranto.


Archeologia a Massa Lubrense

Epígrafe en lengua osca, en Punta Campanella.

Datación incierta entre los siglos III y I a.C.

“M. Gavio (hijo de) M., L. Pittaco (hijo de) M., L. Apulo (hijo de) Ma., meddices (del santuario de) Minerva, se encargaron de que se construyera esta escalera; ellos mismos aprobaron.”


A lo largo de la costa prevalecen los samnitas, los oschi o los griegos; en las colinas, refriéndose sobre todo a los ajuares funerarios de Vadabillo y a las demás necrópolis del Desierto, hay que imaginar una fuerte influencia etrusca, que presionaba desde el interior por una salida al mar.

Época romana

En época romana la costa se vio afectada por la construcción de un gran número de villas marineras, a las que se sumaron otras tantas villas rústicas en el interior. Da Puolo a Marcigliano, a Lobra, a Punta San Lorenzo, a Mitigliano, a Marina del Cantone, Isca y Crapolla, encontramos asentamientos atrevidos y suntuosos como solo los romanos pudieror crear. En este contexto, se destacan las villas de Capo di Massa y las de Chiaia, la primera por los testimonios de Stazio, y la otra por habernos devuelto el mayor ninfeo decorado con mosaicos del mundo antiguo (ahora abierto a los visitantes en Villa Fondi – Piano di Sorrento).

Otra mención merece la villa romana di Punta de Campanella, construida en época tiberina, al servicio de la residencia imperial de Capri y por tanto con funciones distintas a la residencia.